El Perro Anciano

La vejez es una etapa que irremediablemente también le llega a nuestros mejores amigos de cuatro patas.

El perro anciano, aunque menos activo, sigue interactuando con nosotros, incluso de alguna forma mucho más especial. Después de tantos años conviviendo lo conocemos perfectamente, del mismo modo que él nos conoce a nosotros.

Será un perro que necesite más tiempo para descansar y dormir. Necesitará salir más a menudo a hacer pis y sobre todo necesitará más mimos y cuidados por nuestra parte. ¿No os recuerda al tiempo en que fue un cachorro?

Exacto, solo que les quiere aún más si cabe.

Es curiosa la aparición de manchas nuevas que también aparecen con la edad adulta y la vejez. Son las llamadas manchas fantasmas. Son más pequeñas que el resto de manchas de su manto. Estas nuevas suelen medir 0.5 cm aproximadamente (en comparación con los 2,5 o 3 cm que suelen medir los lunares). El color es muy difuminado, porque realmente esta mancha aparece en la piel, aunque no llega a “tintarse” el pelo blanco que la cubre. El resultado es una macha tipo “fantasma”.

Los cuidados que necesita el dálmata en su vejez, tendrán que adaptarse a cada perro en particular, para darle la mejor calidad de vida posible. A medida que van cumpliendo años, es más probable que aparezcan algunos achaques de la edad. Las consecuencias más habituales que nos deja el paso del tiempo en el dálmata pueden ser: tumores benignos o malignos (sobre todo en la piel), Cataratas, hipotiroidismo, enfermedades renales, enfermedades cardíacas, demencia senil o artrititis. Probablemente andemos pisando “el vete” más de lo que nos gustaría.

Un dálmata bien cuidado y que recibe el afecto que necesita, llega a tener una esperanza de vida de hasta 15 años. Pocos, para los que ya nos hemos tenido que despedir de algún que otro compañero.

El progresivo envejecimiento del perro, también ayuda a su familia a prepararse para despedirse de él. Y es una etapa que hay que asumir con normalidad, porque forma parte de la vida.

Pero la vida sigue, y qué mejor que junto a la fiel compañía de un amigo de cuatro patas. Porque a quienes nos gustan los perros, no concebimos una vida sin ellos.